Estamos asistiendo al nacimiento y expansión de un nuevo fenómeno dentro de las interacciones sociales. Se abre ante nuestros ojos una nueva perspectiva dentro de las
redes sociales, que
geolocaliza y posiciona aquellas personas, lugares, opiniones con las que interactuamos.
Las redes geosociales.
En un momento en el que es más que probable que mucha gente aun no haya conseguido asimilar en su totalidad el significado de las redes sociales, la frenética evolución de las llamadas nuevas tecnologías y más concretamente la tecnología móvil, ha conseguido aportar a aquello que conocemos como redes sociales la dimensión espacial.
Las comunidades conectadas por relaciones tales como amistad, parentesco o intereses comunes, están ahora conectadas también por su ubicación geográfica. Esto supone un salto cualitativo de estos medios hacia un futuro prometedor.
En España este fenómeno aún es muy reciente si bien, hay cada vez más gente que utiliza su tablet o smartphone para localizar una calle, un restaurante o un bar. No es tanto así en países como Estados Unidos donde las aplicaciones llamadas
geosociales florecen por todas partes. Además de las ya conocidas en nuestro país como pudieran ser
Skype,
Google Places,
Facebook,
Twitter y
Foursquare, aparecen otras menos conocidas como
localmind, que permite a sus usuarios preguntar en tiempo real sobre sitios de interés a otros usuarios que ya hayan estado allí previamente o
yelp que facilita a sus usuarios el poder encontrar negocios locales a través de su web.
dishPal es una
red social en la que se comparten platos de comida y que permite conocer los mejores
deals según los usurarios cerca nuestra
posición. O
Highlight, que ofrece a sus usuarios conocer los gustos comunes entre la gente que está próxima a nosotros.
Esta tecnología en auge, sin embargo, necesita que tanto usuarios, negocios y
empresas de desarrollo tecnológico se adapten a los nuevos cambios, ¿Cómo?
Para poder hacer uso de forma efectiva de estos servicios
geosociales es necesario que los usuarios posean un terminal móvil inteligente, ya sea un smartphone o un tablet, además de una tarifa de datos con la que poderse conectar a la red (o acceso más o menos habitual a redes wifi).
Los negocios han de adaptarse y hacerse visibles en la web, ya no solo teniendo una página web del local y aparecer en las redes
geosociales, sino orientando sus estrategias a la
tecnología móvil mediante la optimización de la pagina a la versión para móviles (cada vez más relevante). No es estrictamente necesario pero sí bastante recomendable que los establecimientos tengan algún tipo de servicio de red inalámbrica a los que los clientes se puedan conectar para compartir experiencias.
Las empresas de desarrollo tecnológico han de ser capaces de mejorar algunos aspectos de los dispositivos móviles para poder disfrutar de las redes
geosociales en su plenitud. Uno de los grandes problemas de este tipo de aplicaciones es que debido a uso del
GPS continuado la vida de la batería de nuestro móvil es limitada. Es por tanto necesario el desarrollo de baterías que duren más o de sistemas de
GPS que consuman menos recursos del móvil.
Para que este nuevo fenómeno se consolide, al menos en nuestro país, es necesario el paso del tiempo el cual nos dirá si hemos sido capaces de adaptarnos a las necesidades tecnológicas que requieren las
redes geosociales y si mentalmente estamos preparados para asimilar esta nueva dimensión y sacarle todo su provecho. Algunos países parecen estar en la senda pero...¿y nosotros?
Fuente:
GeoSocial Labs